Hamburgo, 2ndo día de job-shadowing

Nuestra compañera de alemán, Celia, sigue formándose en Alemania.

Según lo que nos cuenta:
«En mi camino matutino hacia la escuela paso por delante del ayuntamiento, que es otro edificio emblemático, como puede apreciarse en la foto. Como está situado en pleno centro, es también un punto de encuentro para hamburgueses y para turistas, ya que todos saben cómo llegar hasta allí. Los fines de semana, muchos guías turísticos ofrecen en numerosos idiomas una visita guiada por la ciudad y al final de la visita los turistas pagan al guía la cantidad que creen conveniente. Son los llamados «free tours».
Al llegar a la escuela esta mañana he entrado a observar un grupo de nivel B1.1. Hoy los alumnos debían aprender a formar frases adversativas y causales. Para ello, la profesora de este grupo ha fabricado tarjetas donde aparecía una frase principal que describía una situación y los alumnos debían terminar la frase añadiendo una subordinada causal o adversativa, según fuera el caso. Este ejercicio no sirve solamente para practicar este tipo de frases, sino también para potenciar la imaginación de los alumnos. En clase, los alumnos utilizan el mismo libro de texto que utilizamos muchas EEOOII de Madrid.
En la escuela se organizan a menudo salidas culturales y en cada salida se toman fotos para documentar estas actividades. Dichas fotos se exponen luego en el tablón de la escuela para que todos los alumnos puedan verlas. En el mismo tablón de anuncios también se cuelga información que puede resultar interesante, como, por ejemplo, una lista con palabras o expresiones típicas en alemán, cómo es su traducción al inglés y en la tercera columna podemos observar cómo es su traducción al «Plattdeutsch», que es el dialecto que se habla en algunas zonas del norte de Alemania (e incluso en algunos barrios del propio Hamburgo). Por muy bien que uno hable alemán, si no es de aquí, no entiende casi ni una palabra de Plattdeutsch.
En mi camino de vuelta de la escuela paso por numerosos canales y puentes que atraviesan el río Alster. Como ya hemos mencionado, el río Alster es utilizado por los hamburgueses para realizar un gran número de actividades deportivas, entre ellas y aprovechando ahora el buen tiempo, la vela. Por ello, en los alrededores del río, se pueden ver muchas escuelas de vela, donde los interesados pueden aprender este deporte.
Un elemento histórico muy emotivo que podemos encontrar en toda Alemania, y en otras muchas ciudades de Europa, incluida España, son las piedras de la memoria (Stolpersteine). Se trata de piedras integradas en el suelo de zonas de asfalto empedrado, cubiertas por una chapa de latón dorado donde pueden leerse distintos datos sobre personas que nacieron o vivieron en esa calle y que después fueron deportadas a los campos de concentración. Están dedicadas a las víctimas del holocausto y es una iniciativa que cualquier familiar de cualquier víctima del holocausto puede poner en marcha a través de las autoridades locales. Este gesto sirve, muy a menudo, para cerrar heridas que quizá aún seguían abiertas. En Madrid podemos encontrar estas «piedras de la memoria» en muchas calles del centro de la ciudad.»